El
talento de Phoebe MacNamara la ha convertido en la negociadora jefe del
departamento de policía de Savannah. Cuando un delincuente toma rehenes, cuando
alguien amenaza con suicidarse, ella sabe cómo ha de acercarse a estas personas
para disuadirlas de su objetivo. La raíz de este talento se puede rastrear
hasta los espantosos sucesos de su niñez, cuando un novio de su madre decidió
tomarlos, a ella, su hermano pequeño y mamá, como rehenes luego de haber sido
expulsado de su casa por golpeador. Estos eventos marcaron su destino, donde
conoció al policía que sería su mentor y casi padre, así como la salud mental
de su madre, que nunca más pudo abandonar la casa que habitan.
Sin
embargo, su altísimo índice de éxitos profesionales le ha pasado factura en su
vida personal. Vive con su pequeña hija Carly, su madre y la mujer que les
ayuda en casa, hoy la mejor amiga de la familia, pero también atados al destino
de la casa por un testamento malicioso de una tía poco querida. Su universo se
reduce a estas tres personas, hasta que Duncan Swift aparece en el horizonte.
Phoebe
consiguió evitar el suicidio de uno de los empleados de Duncan, y él quedó
cautivado de su insólita mezcla de firmeza y sensibilidad. Y aunque ella está
acostumbrada a llevar las riendas de su vida, descubre con sorpresa cómo sus
habilidades negociadoras se derrumban cuando Duncan pone sobre la mesa todos
sus encantos. No parece temer ante su fuerza, ni a su especial condición
familiar o a los locos que persiguen a Phoebe a causa de su trabajo. Duncan, de
a poco, conquista a cada mujer de la casa, haciéndolas sentir especiales y ofreciéndoles
su fuerza como hombre y soporte frente a las dificultades que atraviesan.
Una
historia de amor dentro de un policial, donde Roberts nos introduce en el mundo
especial de Phoebe como madre, hija y policía. Siempre son libros especiales
con garantía de excelencia y con finales muy explosivos.
También existe una pelicula. Siempre prefiero los libros, porque me imagino a los personajes de forma diferente y me decepciono cuando los veo en pantalla. Esta no fue la excepción, ya que no me gustó tanto, pero hay que mencionarlo.
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