Cuando los padres de Brandon Roland lo echaron por ser gay,
se volvió a la prostitución para sobrevivir, algo que casi le cuesta la vida.
Bran fue salvado por un vampiro llamado Heath, y durante su año juntos, la vida
de Bran fue maravillosa, pero luego Heath lo echo de su vida sin explicación alguna.
Cayó en la bebida y en la autodestrucción hasta que conoció a Ric en la sala de
emergencia de un hospital después de recibir la paliza de su vida.
Eso fue hace doce años, y Bran recorrido un largo camino
desde entonces. Ha conseguido una educación, un trabajo como trabajador social
en un refugio para jóvenes humanos y vampiros, los amigos más leales que jamás
soñó, y un tatuaje que crece año a año para conmemorar uno más sin el amor de
su vida.
El problema de ser un viejo vampiro es que mientras más años
tengas, menos se sientes. Heath ha vivido novecientos años en los que estaba
seguro de que nunca había experimentar emoción de nuevo, pero nunca contó con
Bran. Cuando Heath tropieza accidentalmente de nuevo en la vida de Bran, cambia
y la historia vuelve a empezar. Nuevos retos se avecinan y este amor será
puesto a prueba por otros. El mundo entre humanos y vampiros es diferente,
nuevas relaciones se dan y la gente ya no parece tan interesada en sus otros
diferencias. Las opciones son más amplias y las miras menos estrechas.
Me encanta esta autora, siempre tiene libros sinceros y
abiertos, sus parejas están llenas de amor y dispuestas al sacrificio. Lo súper
recomiendo si se prefieren los amores paranormales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario